Mark Romera, experto en fisiología y nutrición científica: “El ayuno intermitente es una herramienta increíblemente beneficiosa para prevenir enfermedades metabólicas y ...

Una perspectiva basada en la fisiología humana

El especialista en fisiología y nutrición, Mark Romera, describe cómo el ayuno intermitente puede ayudar al organismo a recuperar su equilibrio natural y promover un estado de salud completo.

Romera no intenta persuadir a nadie, simplemente comparte el conocimiento adquirido durante más de quince años estudiando los mecanismos de defensa, adaptación y reparación del cuerpo humano. "El organismo posee una sabiduría innata, pero hemos dejado de prestarle atención", afirma con serenidad en lugar de dogmatismo.

Más que una tendencia: una práctica ancestral

Como investigador, comunicador científico y director de Elite Fitness, Romera enfatiza que el ayuno intermitente no constituye una moda pasajera de internet ni una forma de penitencia disfrazada, sino un método simple y natural para restablecer los ritmos biológicos inherentes.

"La costumbre de comer seis veces al día es un invento reciente", señala con una sonrisa ligera. "Durante milenios, los seres humanos comían cuando tenían alimento disponible. No existían horarios fijos, desayunos forzosos ni refrigerios programados cada tres horas. Y a pesar de eso, nuestra especie prosperó."

El ayuno como espacio de silencio interno

Cuando Romera se refiere al ayuno, no habla de privación sino de quietud. "Se trata de proporcionar un descanso al aparato digestivo, permitiendo que el cuerpo se dedique a reparar aquello que no percibimos directamente", aclara.

Durante este período ocurre un fenómeno notable: las células eliminan los desechos y reutilizan los componentes útiles, mediante un mecanismo denominado autofagia. "Es comparable a una limpieza profunda del organismo. Descarta lo innecesario, repara los elementos dañados y reorganiza los sistemas internos."

Transformación metabólica

Después de aproximadamente catorce a dieciséis horas sin ingerir alimentos, el cuerpo modifica su fuente de energía y comienza a utilizar las reservas grasas. "En ese momento se activa la maquinaria metabólica que nos mantiene vitales, conscientes y con mayor ligereza. Es pura biología, no existe ningún misterio", expresa.

Beneficios documentados

• Mejora de la sensibilidad a la insulina
• Reducción de procesos inflamatorios
• Incremento en la producción de hormona del crecimiento
• Prevención de enfermedades metabólicas y algunos tipos de cáncer

Más allá de la evidencia científica, Romera destaca una ventaja fundamental: la experiencia de bienestar integral. "El organismo se vuelve más eficiente y tranquilo. Es como si finalmente encontrara su tempo natural."

Mitos y realidades

Frente al temor común de que el ayuno pueda relentizar el metabolismo, Romera responde con seguridad: "Sucede exactamente lo contrario. Durante el ayuno, el cuerpo se moviliza. Se elevan los niveles de adrenalina, noradrenalina y hormona del crecimiento. Todos los sistemas se optimizan. El metabolismo no se deprime, se estimula."

Para él, la dificultad principal no reside en el ayuno mismo, sino en lo que denomina glucodependencia: la necesidad permanente de comer para evitar sensaciones de vacío o irritabilidad. "Si no puedes transcurrir tres horas sin alimento sin experimentar mal humor o agotamiento, no se trata de hambre real sino de dependencia. Esto se relaciona más con aspectos psicológicos que con necesidades fisiológicas."

Un enfoque individualizado

Romera evita las generalizaciones absolutas. Insiste frecuentemente en un concepto clave: el contexto. "Cada organismo funciona de manera particular. Es necesario comprender la historia personal, los niveles de estrés, los patrones de descanso, el estado hormonal y el estilo de vida de cada individuo."

En relación con las mujeres, explica que el ayuno puede ser especialmente beneficioso durante la menopausia, cuando disminuyen los estrógenos y el metabolismo se transforma. "En esta etapa, el cuerpo requiere orden, no presión adicional. Un ayuno moderado, alimentación nutritiva, ejercicio adecuado, descanso suficiente y tranquilidad emocional. Todos estos elementos constituyen medicina preventiva."

Recomendaciones prácticas

Romera desaconseja los enfoques radicales. Sugiere comenzar progresivamente, adelantando ligeramente la cena y retrasando el desayuno. "De esta manera, casi sin percibirlo, se alcanzan doce a catorce horas de ayuno fisiológico. No se trata de sufrir, sino de comprender."

Al momento de comer, recomienda seleccionar alimentos naturales: proteínas de calidad, vegetales variados y grasas saludables. Evitar los productos ultraprocesados y los picos glucémicos.

Si aparecen mareos o fatiga, lo más probable —indica— es que exista un déficit de minerales. "Durante el ayuno eliminamos más sodio y potasio. Solo necesitamos reponer estos electrolitos, no abandonar la práctica."

Contraindicaciones importantes

Sin embargo, especifica que no todas las personas son candidatas adecuadas para el ayuno intermitente. Deben evitarlo:

• Niños y adolescentes en crecimiento
• Mujeres embarazadas o en período de lactancia
• Personas con trastornos alimentarios
• Individuos con niveles elevados de estrés

"El ayuno representa una forma de estrés positivo, pero si la vida ya te exige al máximo, no es necesario agregar más demandas."